Villavicencio y el derrumbe de nuestros sueños.

https://elpais.com/internacional/2019/06/18/colombia/1560871198_544203.html

Leo en un artículo del diario El País de España -uno de los periódicos más respetados e influyentes del mundo;

y, mi favorito en lengua española- que, una vez más, la carretera que une a Bogotá con la ciudad de Villavicencio permanecerá cerrada, al menos tres meses, por culpa de un derrumbe.

El año pasado estuve trabajando cuatro meses en Colombia; en la campaña del hoy senador Gustavo Petro Urrego.

Gracias a este trabajo tuve la oportunidad de viajar por todo el territorio nacional y ver con mis propios ojos el abandono que, por parte del estado, sufren muchas zonas del país; para alguien que viene de la rica y solidaria Europa, es muy triste ver una pobreza que tendría solución si se aplicaran las políticas adecuadas.

Casualmente, acompañé al candidato de la Colombia Humana en su viaje a Yopal y Villavicencio.

Yopal me gustó mucho, sobre todo, su gente cálida y amable, y no hablemos ya de la forma en la que preparan la carne; simplemente sublime. Para mi fue fácil hablar con los llaneros, conocer sus problemas sin necesidad de un intermediario. Una tierra rica y fértil que, sin embargo, no tiene las infraestructuras adecuadas para un apropiado desarrollo. He de reconocer que me fui enamorado de Yopal y, también que, espero volver algún día, ojalá muy pronto.

Tristemente, a Villavicencio nunca pude llegar, pues la carretera que une a Yopal con “Villabo”,

una vez más, se derrumbó; el candidato Petro viajó en un helicóptero que no tenía cupo para todo su equipo, por lo que aproveché esta circunstancia para quedarme un día más en la capital  del departamento del Casanare, y tomarme un más que merecido descanso, pues, durante los cuatro meses que trabajé en la campaña, no tuve ni un día libre.

Para terminar, me gustaría dejar una reflexión; una analogía entre el derrumbe de la carretera que une a Bogotá con Villavicencio y la actual situación de Colombia.

No es casualidad este derrumbe, pues el país lleva derrumbándose décadas. Las infraestructuras adecuadas hacen el desarrollo de una nación; generan riqueza, acercan y dan oportunidades, pero, si una carretera se cae, se cae y se cae, algo se está haciendo muy mal. El dinero que tendría que usarse para mejorar la vida de los colombianos desaparece bajo las fauces de la corrupción; en las cuentas corrientes de los políticos y sus familias, mientras muchos colombianos miran hacia otra parte, esperando quizá que alguna migaja de esa corrupción les caiga.

Es hora de modernizar el país, pero no creo que el señor Duque quiera gastar ese dinero en mejorar la vida de <<esas personas>> que ni que conoce,

sobre todo, cuando hay muchos amigos y compinches esperando para hacer negocio. El derrumbe de la carretera de Villavicencio simboliza el derrumbe de nuestros sueños y fantasías, si bien, no hay que desfallecer, solo hay que elegir en el año 2022 a un presidente honrado, adecuado y que de verdad se preocupe por el bienestar de los colombianos; ese hombre tiene un nombre, y es Gustavo Petro Urrego.

Freddie Uribe Olivera

 

 

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