EL AUTOR Y EL PROTAGONISTA…

Son dos encantadores de serpientes que se alían para enredar al lector en un viaje excitante, salvaje y sexual; un viaje psicotrópico del que ya no podrá escapar.  Pues, el autor es el maestro de una prosa discursiva, capaz de multiplicar su atención en diferentes personajes que nutren la historia de principio a fin, sin que se pierda su crónica, su rastro, su aura mágica dentro del relato; es un proceso de introspección emergiendo en las sensaciones que alimentan al protagonista; la evolución de su conciencia a través de una peripecia vital en proceso de aceleración constante.

Es la narración de una vida flamante, tan flamante como desgarrada donde aparecen referencias a una Colombia olvidada que sirve como disconformidad, como rasero o medida del triunfo y de la desilusión.

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El protagonista es una voz que apenas se confiesa

El autor de ese choque, el creador de esa fuerza brutal y osada que nutre todo el relato, es el escritor, Freddie Uribe. Brutal y osada porque, en medio de la anarquía, si el lector no se extravía es porque se enamora de esas voces perdidas que intentan, una y otra vez, reconstruir un mundo fallido allí por donde pasan. El autor, sorprende por su agilidad narrativa; la capacidad para dirigir asuntos y personajes tan diseminados en un mismo espacio — tiempo . Aquí, el protagonista es una voz que apenas se confiesa; un  volcán en erupción, capaz de respetar sus cambios, deslizamientos, sus transformaciones constantes, como si todo fuera nuevo y al mismo tiempo hubiera estado previsto.

La mirada del joven protagonista siempre es afable, siempre positiva, como si viviera un eterno presente que le tiene fascinado por sus cambios, por su capacidad plástica, donde los grandes amores son una apuesta perdida; donde los ideales se intoxican gradualmente y, sin embargo, apenas apagan la capacidad vital para relatar, referir, describir, amar sin apenas explicarse… Como si la vida fuera un juego de naipes.

En estas páginas se recorren ciudades de un mediterráneo en convulsión, el mundo falso y mediocre del actor, los lenguajes privados de la noche, todo eso conforma de por sí un mundo atractivo, contado a través del prisma de un personaje emblemático y peculiar por su pureza, su libertinaje y su candidez militante. Una especie de santo contemporáneo sin fe y sin ambiciones que se deja llevar a merced de la corriente, mientras disfruta cada instante, ardiendo y consumiéndose hasta alcanzar la orilla de una nueva conciencia.

» Siempre que he leído alguna biografía sobre un artista en donde cuenta el hambre y las penurias acontecidas antes de alcanzar la gloria, suelo preguntarme ¿cómo lo hicieron?, ¿cómo lograron pasar de una vida miserable y sin futuro a estar en la cúspide del mundo?” Un inicio que estimula a la hora de elegir un libro y, permiten al lector, navegar a través de sus páginas en un mar embravecido plagado de peligros; un rito que, con Living Madrid nos habrá de llevar de sobresalto en sobresalto, de develamiento en develamiento.»

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