Qué el gobierno del presidente Iván Duque, según el prestigioso semanario británico, The Economist, va sin rumbo, tendría que ser algo anecdótico, pues Colombia lleva décadas alejada de la senda correcta.
No obstante, lo interesante en esta ocasión es la aparente lupa que la prensa mundial -hoy ha salido otro artículo sobre el mismo tema en el respetado diario español, El País- tiene puesta sobre el actual mandatario del país sudamericano.
Los colombianos eligieron a un presidente sin experiencia; con muchas dudas sobre su capacidad de liderazgo e independencia para acometer las reformas que el país necesita;
-aquí no ayuda mucho su dependencia del senador Uribe Vélez-. Su paso por diversas asesorías y por el Banco Interamericano de Desarrollo fue anodino y sin ninguna relevancia, si bien, desde mi punto de vista, lo realmente malo es que llegó a esos puestos de trabajo -incluida la presidencia de Colombia- por ser hijo de quien es, y tener “buenos contactos”; nepotismo es estado puro.
He querido recalcar la falta de preparación de Iván Duque para hacer ver a los votantes colombianos que, mientras sigan siendo borregos de la burguesía política, jamás tendrán acceso a una vida buena y decente;
quiero decir, jamás podrán tener una salud y educación públicas de calidad como la europea; acceso a trabajos cualificados y bien pagados; casas cómodas y bien situadas; vacaciones en destinos preferentes, etc. Y, la razón es, muy sencilla; mientras haya analfabetismo, seguirá habiendo mano de obra barata que garantice el estilo de vida de los que hoy gobiernan Colombia.
La relaciones personales del actual presidente de Colombia con el señor Sarmiento Angulo y el senador Uribe Vélez -solo por nombrar a dos-
le incapacitan para para llevar a cabo políticas sociales encaminadas a mejorar la vida de sus compatriotas; hay que tener mucho valor y generosidad para redistribuir la riqueza -a través de los impuestos, por ejemplo- con los menos favorecidos y, después de todo, el señor Duque nació entre ricos y querrá morir entre ellos; ¿por qué enemistarse por unos pobres indios zarrapastrosos?
Colombia saldrá del atolladero el día en que todos empujemos en la misma dirección,
rememos hacia adelante y, de una vez por todas, castiguemos en la urnas a quienes durante decenios se han burlado de nuestros sueños; engañados con falsas promesas y, usado algo tan noble como es, el arte de la política, para pervertir el futuro de millones de ciudadanos. El futuro está en nuestras manos.
Freddie Uribe
Artículo completo en www.freddieuribe.com La curiosidad mató al gato.