Shakira y Darío Acevedo; la cara y cruz de una Colombia que no quiere avanzar.

 

Hace pocos días, la cantante colombiana Shakira Mebarak deslumbró con sus seis minutos de actuación en el half time de la Superbowl;

el evento deportivo más visto en el país del Tío Sam. La fuerza y la alegría de la cantante barranquillera me contagiaron un orgullo patrio que, por escaso, es altamente agradecido, pues de Colombia solo llegan noticias que me avergüenzan; me causan dolor o asco.

Hoy leo en el prestigioso periódico español, El País que, el director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el historiador Darío Acevedo, es un negacionista del conflicto armado en Colombia -también los hay quienes niegan el holocausto judío, por ejemplo-.

Tal negación, ha llevado a la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia a suspender al CNMH por no responder -han esperado por esa respuesta durante cuatro meses- la petición de suscribir los principios relacionados con el reconocimiento del conflicto armado. Tal negación, en cualquier país del norte de Europa hubiera ocasionado el cese de inmediato del seños Acevedo.

Mientras Shakira nos emociona; nos eriza a piel de colombianismo y, la crítica mundial, ensalza su arte elevándola al olimpo de las diosas, el presidente Duque -no se puede ser más inútil-,

sosteniendo al historiador Acevedo en su puesto, no solo abofetea a las víctimas de todos los bandos del conflicto armado colombiano, si no que, demuestra una falta de luces preocupante.

¿Está realmente este hombre capacitado para sacar a Colombia adelante? Yo pienso que no.

Y no es cuestión de presiones por parte del Centro Democrático o del senador Uribe Vélez; es que, simplemente no sabe como hacerlo, no tiene autoridad y, la poca que tiene es, para nombrar a personas de dudosa reputación en cargos sensibles que humillan al conjunto de los colombianos.

Para terminar, me gustaría compartir una reflexión con todos los lectores. Sí Shakira nos alumbra y espolea nuestro orgullo patrio,

cómo es posible que hagamos lo mismo con políticos corruptos y delincuentes de cuello blanco? Parte de la sociedad colombiana está enferma, pues confunde talento para crear con talento para delinquir. Pero no, es Shakira la que nos representa, la que limpia nuestra imagen durante seis minutos; los mismos minutos que necesitaría Iván Duque para destituir al negacionista Darío Acevedo, si tuviera un poco de decencia.

 

Freddie Uribe

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