Son tan valientes que maltratan a los indefensos.

 

https://elpais.com/elpais/2019/06/17/ideas/1560769517_061500.html

Leyendo en la prensa de hoy -18 de junio/2019 -un artículo sobre los motivos que llevaron al periodista Seymour Hersh a no publicar en su momento las palizas que el ex presidente Richard Nixon

-sí, el mismo que salió deshonrado y por la puerta trasera de la Casa Blanca- propinaba a su perfecta mujer, Pat Nixon, los pelos se me han puesto de punta, pues, en la actualidad, sigue habiendo cobardes como ellos.

He de reconocer que me alegra no haberme visto envuelto directamente en una situación similar

-abusar de un niño; maltratar a un anciano o a una personada discapacitada es lo mismo que pegar a una mujer-, salvo de oídas. Un honorable senador colombiano, supuestamente, gustaba pegar a su guapa mujer, mientras, al parecer, se iba de juerga con bellos jovencitos. Un pariente lejano, supimos en la familia, también usaba el puño como herramienta de castigo; nunca más volví a dirigirle la palabra y, un vecino de mi adolescencia, usaba un cinturón de cuero para meter en vereda a sus díscolos hijos; desde mi casa se podían oír perfectamente los gritos desgarrados de los desgraciados. Días posteriores, la mujer del padre maltratador enseñaba marcas defensivas en brazos y piernas, mientras los vecinos movían desconsoladamente la cabeza de un lado al otro.

Quien maltrata es un(a) cobarde, de eso no me queda la menor duda; y, aquí, no hay género que valga.

El maltratador(a) nunca abusa de alguien de su talla, y no propicia un enfrentamiento si se sabe en clara desventaja. Los/las cobardes son mediocres, ladinos, rastreros, ruines y mezquinos; son de lo peor de la raza humana.

Muchos de los que lean este artículo se preguntarán ¿Y que podemos hacer?

Pues, muchas mujeres vuelven con sus agresores; lo que pasa en casa ajenas allí se queda; ojos que no ven corazón que no siente y, en los peores casos, hasta se justificarán diciendo: <<algo malo habrá hecho>>. Durante la época franquista en España, cuando una mujer le confesaba al sacerdote los malos tratos del marido, muchas veces, la respuesta del servidos de Dios, era: <<Los hombres son así, hija mía>>. Lo siento mucho, padre, pero los hombres de verdad no somos así.

Para terminar, me gustaría animaos a denunciar cualquier tipo de violencia que se infrinja a personas o colectivos en franca situación de indefensión;

ya hay teléfonos que dan anonimato a quien tiene el valor de dar un golpe en la mesa y decir ¡Basta, ya! Yo no soy cómplice. Otra manera de ayudar es aislar a quien ejerza el maltrato; la exclusión social tendría que ser el castigo que como sociedad impongamos a quienes con su comportamiento nos deshumanicen y nos conviertan en bestias. ¡No al maltrato! No seas cómplice.

Freddie Uribe

2 comentarios en “Son tan valientes que maltratan a los indefensos.”

  1. Buenas me ha gustado mucho el artículo de Freddie Uribe. Es muy real y objetivo. En pleno siglo XXI Que tengamos que sufrir los malos tratos,es muy lamentable. Refleja la incultura en nuestro país. Y sobretodo que seamos tan cobardes. Solidaridad y sinceridad. Artículos como estos nos deben de animar a hacerlo aún dentro de nuestras familias…

    1. Muchas gracias por sus palabras. Espero que mi artículo la haya inspirado para seguir luchando en pro de una sociedad más justa y equitativa.

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